26 enero 2007

SIMON ROYO PLAGIANDO A RODRIGO ROYO

Los textos de hoy traídos a colación son:



  • Durant da Ponte, “The Image of America”, Hispania, Vol. 47, No. 1, (Mar. 1964), p. 111-114 que os podéis descargar en formato PDF (705 Kb) desde aquí .





Apreciados Royo-Bloggers,

Disculpad la inactividad de nuestro blog de estos días, pero andamos faltos de tiempo. También queremos volver a daros las gracias —a Georg y a todos los demás— por vuestras revelaciones y comentarios.


Teníamos pensado tratar en el post de hoy la crítica del último artículo de Simón Royo publicado para Rebelión.org (La labor del intelectual y los premios Nobel http://www.rebelion.org/noticia.php?id=44330 ), pero a raíz de la carta de Georg hemos creído más oportuno seguir hablando del extraño vínculo ideológico entre Simón Royo —autoproclamado anarco-comunista platónico— y su padre falangista, Rodrigo Royo.

Como nos explicaba Georg, el freudiano rechazo de Simón por su padre es paradójico hasta el absurdo si uno se detiene a comparar las actitudes y escritos de ambos. Así pues, hoy abordaremos esta peliaguda cuestión cotejando un artículo de Simón Royo que, cuando lo leímos por primera vez nos pareció absolutamente anodino pero que, por una casualidad, hemos descubierto que se trata de un plagio total de un fragmento escrito por su padre. De ahí su interés.


***


El artículo de Da Ponte, como veis, ni más ni menos data del año 1964. En él se realiza un interesante análisis de la imagen negativa que se tenía de los EE.UU en la España de entonces. Curiosamente, Da Ponte menciona a Rodrigo Royo (ver foto, abajo a la izquierda) como el máximo representante del antiamericanismo español —tradición que mantiene Simón Royo—. Entre las posibles causas de esta animadversión, se señala especialmente la ideología fascista/falangista predominante de los intelectuales de la élite cultural española. Rodrigo Royo tenía la costumbre de atormentar a sus empleados con serenatas de violínA continuación, Da Ponte explica que Rodrigo Royo rechazaba sistemáticamente la democracia, el progreso material y bienestar americanos resaltando la decadencia moral de su sociedad reflejada en los libros y películas que tocaban temas como la homosexualidad, la violencia, el racismo, la explotación, la locura (John Steinbeck, Tenesse Williams, Faulkner) así como basándose en estadísticas demagógicas sobre los accidentes de tráfico. Como veremos más adelante, Simón Royo, emplea las mismas triquiñuelas que su padre: el coche como emblema diabólico del capitalismo.


(Da Ponte, p. 112)
Whenever a Spanish journalist is pro­voked (for whatever reason), the first thing he does is to attack the degeneracy of American life as reflected in certain highly specialized areas. Here, for example, is how a writer in the newspaper Arriba referred to the United States a couple of years ago when that paper became incensed over an editorial in the New York Times about the perennial problem of Spanish political prisoners. The headline of the article read (in English): "Mind Your Own Business." After attacking the United States for its racial discrimination, the writer stated:



[Trad. Cuando se provoca a un periodista español —por la razón que sea—, lo primero que hace es atacar la decadencia del estilo de vida americano según se refleja en ciertas áreas sumamente especializadas. Aquí, por ejemplo, se ve cómo hace un par de años un escritor se refería a los EE.UU en el periódico Arriba cuando éste se indignó por un editorial del New York Times sobre el sempiterno problema de los presos políticos de España. El titular del artículo era: “Ocupaos de vuestros asuntos”. Tras atacar a los EE.UU por su discriminación racial, el escritor afirmaba:]

(Rodrigo Royo)

No somos los españoles los que hemos in­ventado la palabra "gangster", "racket" o "murder syndicate", y nuestra delincuencia juvenil, sin Harvards ni Yales ni "sofomores" o "Beta, gamma, pis", resulta tan pobre y ridícula ante la norteamericana como nuestras comodidades higiénico-sanitarias le parecen al ciudadano del paraíso del frigorífico, el superautomóvil y la televisión en color, que no le sirven para garan­tizarle un paseo tranquilo por Central Park a la caída de la tarde, sin miedo a puñaladas, aten­tados de maníacos o trampas de prostíbulo.


It must, of course, be insisted that one diatribe does not constitute a universally held image. But to what extent it contrib­utes to the formation of an image can only remain suppositional. It should further be pointed out that the newspaper which pub­lished the attack—Arriba—is the official organ of the Falangist Party, some of whose members are known for their anti-Americanism. Chief among these is the editor of Arriba, Rodrigo Royo, who in 1959 published a bitter and cynical book entitled U.S.A.: El Paraíso del Proletariado. Royo spent ten years as a newspaper correspondent in Washington and New York, and his comments thus carry much weight and authority in Spain. To give an illustration of the kind of image his book encourages (and it has been immensely popular), I shall quote part of the section entitled "EL AUTO­MÓVIL, ENEMIGO PUBLICO NÚ­MERO UNO."

[Trad. Por supuesto, se debe insistir en que una sola invectiva no constituye una imagen sostenida por todo el mundo. No obstante, hasta dónde contribuye esto en la formación de una imagen es algo queda sólo como objeto de suposición. Además, debemos señalar que el periódico que publicó el ataque —Arriba— pertenece al órgano oficial del Partido Falangista, muchos de cuyos miembros son conocidos por su antiamericanismo. Entre ellos descuella el editor de Arriba, Rodrigo Royo, quien en 1959 publicó un amargo y cínico libro titulado USA: El Paraíso del Proletariado. Royo estuvo diez años trabajando como corresponsal en Washington y Nueva York y sus opiniones son de gran peso y autoridad en España. A fin de ilustrar el tipo de imagen que alienta su libro —que devino inmensamente popular—, voy a citar un fragmento de la sección titulada “EL AUTO­MÓVIL, ENEMIGO PUBLICO NÚ­MERO UNO.”]

(Rodrigo Royo)
La prosperidad mecánica puede traducirse a veces en algo catastrófico. Recordemos que el automóvil ha producido más bajas en Estados Unidos que todas las guerras en que ha partici­pado este país a lo largo de la Historia… matarse en la guerra es un salvajismo primitivo. En cambio, matarse en automóvil no lo es. Por el contrario, morir en accidente de tráfico es una cosa muy elegante y muy civilizada.



[El automóvil] es tan infalible en su labor exterminadora, que los expertos calculan de ante­mano el número de muertos que va a producir el coche cuando se aproxima cualquiera de los clásicos "week-ends" largos. . . Durante el ano 1955 se produjeron en el país 10.000.000 de accidentes de tráfico. El costo de estos accidentes fue de 4.400 millones de dólares. Nada menos que 1.250.000 personas resultaron heridas con incapacidad para trabajar durante uno o más días después de la fecha del accidente. Por este motivo se perdieron en el país 55.000.000 de días-hombre de trabajo. ¡En el mismo ano murieron en accidente automovilístico algo más de 36.000 personas! Es decir, que el coche ha producido en Estados Unidos tantos muertos en un solo año como tuvo el Ejército norteameri­cano durante toda la guerra de Corea, que duró tres años. Todo esto es muy civilizado. Cuando se pro­duce una revolución en cualquier país del mundo de los que en Norteamérica se catalogan como atrasados, la prensa y la gente de aquí se hacen cruces y exclaman sin recato: "¡Qué bárbaros! ¡Qué primitivos! ¡Qué salvajes! ¡Qué falta de civilización!". Pero cuando en un "week­end" norteamericano se producen 500 muertos, eso no es barbarismo, eso es muy culto y muy civilizado.



Ahora, Royo-Bloggers, leed con atención los siguientes párrafos perpetrados por Simón Royo, el gran progre:



Pocos son los muertos de algunas guerras recientes comparados con los muertos y mutilados por los llamados accidentes automovilísticos. Los accidentes de tráfico son un tributo sacrificial en vidas humanas que pagamos al Dios Mercado y que se reduciría o eliminaría, casi por completo, no ya volviendo al estado rousseauniano de naturaleza, sino simplemente, con tal de que la mayoría de los transportes fuesen públicos en lugar de privados.


[…]En España, 1989 se cobró 5.940 víctimas del consumo de automóviles; durante 1998 murieron 4.271 personas en accidentes de tráfico y en 1999 la cifra fue de 4.280. (En los Estados Unidos durante 1998 las muertes por "accidentes de tráfico" fueron 42.000). Cifras sin contar las bajas por atropello y las fallecidas 30 días después del accidente, y sin contar el número de heridos leves o graves y con secuelas de por vida. Negro panorama que se achaca completamente al azar como si no hubiese una industria y la exigencia de una forma de vida detrás. El precio en vidas que se paga por la prisa y el estrés no parece importarle a nadie en nuestras sociedades tecnificadas.


[…]
Los automóviles son valores de cambio legalizados, enemigos de la sociedad mucho más perjudiciales que las drogas o el terrorismo.

Como podéis comprobar con vuestros ojos, se trata exactamente de los mismos argumentos demagógicos que los empleados por su padre fascista. Simonete, como siempre, está más preocupado por asuntos abstrusos como los accidentes de tráfico —si son evitables o no, sería tema para otro debate— que por la igualdad de la mujer en el mundo, la libertad de expresión en ciertas dictaduras o los atentados terroristas…


Además, fijaos en el título del artículo “No lo saben pero lo hacen”, del inconfundible estilo del Mesías Simonastro (comparadlo con la famosa cita bíblica de Lucas, 23-34 ). ¿Otra vez tu vena nietzscheana ecce homo?

Sabéis perfectamente que Simonastro está entre nosotros para decretar los pecados que los pobres conciudadanos arrostramos desde los tiempos de la facinerosa Eva —hembra, para más señas—. En eso consiste su superioridad moral de profeta, pues nos advierte que:


Es difícil aceptar para un ciudadano honesto, que trabaja, paga sus impuestos y no hace mal a nadie, que pese a todo sea un asesino. No sabemos pero lo hacemos. No queremos darnos cuenta de que nuestro modelo de vida está basado en la explotación y que mata y asesina, no sólo de hambre en Africa, en América y en Asia, sino de presión al consumo en los países llamados ricos, una mortandad que no es sólo en el exterior sino también en el interior y de la que los accidentes de tráfico no son sino una pálida muestra. Ignoramos ser criminales y cuando nos damos cuenta es cuando comenzamos a plantearnos si no habría que cambiar de forma de vida y de modelo económico social.



Gracias, sublime Mesías Simonastro, por recordarnos nuestras faltas y administrar los pecados que nos conducirán irremediablemente a las brasas del infierno.

Por cierto, Simonete, hipócrita, ¿Tú tienes coche, verdad?



    11 comentarios:

    Anónimo dijo...

    ¿Es posible que Simón Royo sea tan patético?

    No es que sus artículos sean un dechado de creación literaria ni de introspección política. Ya sabía que el tal Simonastro es un plasta y que se repite como el ajo, pero es el colmo que siendo incapaz de tener ideas propias al menos sería deseable que las copiara de otras fuentes y no de los libros de su daddy falangista.

    La estocada de hoy es genial, Georg. Le va sentar como una patada en las criadillas. Enhorabuena por tu investigación.

    Anónimo dijo...

    Perdón, he dicho "Georg". Quería decir "Joseph", aunque también felicito a Georg por su carta de la semana pasada.

    Anónimo dijo...

    ¡Genial!Es muy interesante el artículo americano. Os recomiendo que os lo bajéis: es cortito y está en un inglés accesible. Además ilustra a là perfección los complejos de la familia Royo.

    De verdad, que todo esto es rarísimo. Yo ya no entiendo nada...

    Anónimo dijo...

    ¿Debemos presuponer entonces que Simón habrá copiado a su padre en otros artículos suyos? ¡Hum, mantiendo la llama sagrada de la Falange!¡Qué curioso!

    Anónimo dijo...

    Hola. Hace varias semanas que conozco este blog pero hoy es la primera vez que escribo. Ante todo quería dar la enhorabuena por deconstruir a tal vil personaje. Es increíble que pueda tener un puesto docente en una universidad con esa mezcla de abyección e idiotez que le caracteriza.

    La falacia no conoce límites. Dar a entender que los accidentes de automóvil nos convierten en criminales es como afirmar que los accidentes caseros hacen de nosotros unos genocidas.

    Por otra parte no me estraña que la mayoría de basura de este tipo sea publicado en estercoleros ideológicos como rebelion y medios afines.

    Un saludo

    PD:Simonito, le pego un enlace que espero contribuya a su cruzada anticapitalista.

    http://www.elmundo.es/1998/01/28/sociedad/28N0056.html

    Anónimo dijo...

    http://www.elmundo.es/1998/01/28/sociedad/28N0056.html

    Germán Fernández dijo...

    Entre en la sección SOCIEDAD.

    Joseph K. dijo...

    Gracias, Germán, por pasarte por aquí y decirnos lo que piensas de Simonete.

    Con tu link, le has dado un arma poderosa a Simón para que siga "fliposofando" contra el capitalismo occidental: ¡los accidentes domésticos conforman otro genocidio anónimo! ¡Qué ocurrencia tan buena, Germán!

    Imaginad, Royo-Bloggers, lo que eso significa para Simonete: hay que eliminar todas las casas, pisos, hoteles, residencias, hospitales, colegios... Cuántos peligros nos acechan y todo por nuestra inconsciencia capitalista-explotadora de pretender vivir bajo un techo! Es que el egoísmo eurocéntrico no tiene límites!

    Saludos a todos (también a Athena),
    Joseph K.

    Anónimo dijo...

    En el diario El País 11/02/2007 hay un interesante artículo en el que se habla del padre de Iñaki de Juana Chaos que, al parecer, fue un "héroe" de las tropas franquistas. Salvando las diferencias, el patrón se repite: padre facha-hijo radical de izquierdas. Al final ya no sabe uno quién acaba siendo el peor.

    Felicidades por tu blog.

    Joseph K. dijo...

    Gracias por recomendar este artículo. Tiene rezón el royo-blogger anónimo al descubrir las similitudes psicológicas de ciertos individuos.



    Dos mujeres contra el odio

    La madre del etarra De Juana fue cuidada antes de morir por la viuda de un comandante del Ejército asesinado por ETA

    PABLO ORDAZ - San Sebastián

    EL PAÍS - España - 11-02-2007
    Todas las tardes, dos mujeres mayores se sientan frente a frente en el salón de un piso del barrio de Amara de San Sebastián. Son vecinas y consuegras. Una de ellas le va dando con una cucharilla y mucha paciencia un yogur de café a la otra, enferma de Alzheimer. La primera es viuda de un comandante asesinado por ETA en 1977. La segunda es la madre del terrorista Iñaki de Juana Chaos.

    La escena se repite cada día durante el último año y medio hasta que, el 27 de enero, Esperanza Chaos Lloret muere. Tenía 83 años y había nacido en Tetuán, donde su padre, un militar del Ejército español, estaba destinado entonces. Luego se casaría con un médico, Daniel de Juana Rubio, oriundo de Miranda de Ebro (Burgos), que también hizo la guerra como teniente asimilado en las tropas de Franco, por lo que fue condecorado con una medalla de campaña, dos cruces rojas y una cruz de guerra. De todo ello da fe un carné de Falange Española y de las Jons expedido el 16 de octubre de 1943 donde aparece sonriente a sus 35 años. Daniel de Juana y Esperanza Chaos tuvieron dos hijos, Altamira y José Ignacio, que nacieron y se criaron en una casona de Legazpia donde el doctor pasaba consulta a los trabajadores de Patricio Echeverría, una de las principales acerías de Guipúzcoa. La vivienda estaba al lado de la casa cuartel de la Guardia Civil y por las tardes José Ignacio jugaba al fútbol con los hijos de los guardias.

    -Soy Chacho, hola mamá.

    Durante las dos últimas décadas, unas veces los lunes y otras los miércoles, el terrorista Iñaki de Juana Chaos, encarcelado en las prisiones más alejadas de Euskadi por asesinar a 25 personas -entre ellas 17 guardias civiles-, empleaba esa fórmula, casi siempre la misma, para iniciar la conversación con su madre. Los cinco minutos reglamentarios de charla versaban sobre cuestiones banales, el tiempo o un jersey verde que el terrorista quería que su madre le hiciera llegar, pero jamás hablaban de política y mucho menos de ETA. Sencillamente porque Esperanza Chaos, a la que en familia llamaban Nina, nunca justificó los crímenes de su hijo ni formó parte del colectivo de apoyo a los presos de ETA. Tampoco llegó a saber jamás qué o quiénes influyeron en él para que, a principios de los 80, abandonara su trabajo en la Ertzaintza y se fugara a Francia.

    Cuentan personas que la quisieron mucho que Esperanza se cayó redonda al suelo el 16 de enero de 1987 cuando le contaron que a su hijo lo acababan de detener en Madrid. La fotografía que al día siguiente vio publicada en los periódicos no se parecía en nada a las que de él guardaba en el álbum familiar. En ellas aparece de corbata en el bautizo de su sobrina o jurando marcial la bandera española tras el periodo de instrucción en Alcalá de Henares. Nada en la trayectoria del hijo hacía presagiar un futuro cercano a ETA. Más bien al contrario. Cuando De Juana regresó del servicio militar llevaba consigo un diploma, expedido por el Ayuntamiento de Madrid el 27 de mayo de 1977, en reconocimiento por su valiente lucha contra un incendio que sufrió la capital entre el 15 y el 20 de abril de aquel año. Más tarde, ingresó en la segunda promoción de la policía autonómica vasca. "Aún faltaban unos años", recuerda un familiar, "para que De Juana, muy propenso siempre a los amoríos, se ennoviara con una enigmática mujer llamada Helena y residente en Bayona".

    El caso es que Esperanza Chaos jamás volvió a ver a su hijo en libertad. Ya por entonces viuda, inició una difícil carrera por mantener viva su relación con su hijo al tiempo que rechazaba una y otra vez las invitaciones para integrarse en el colectivo de apoyo a los presos de ETA. La madre del terrorista más famoso recorrió más de 300.000 kilómetros en coche -le aterrorizaba el avión- para ver a su hijo preso. Su llegada a las distintas cárceles, según recuerdan funcionarios de prisiones, nunca pasó desapercibida. "Venía como a una boda, con anillos y collares, elegante y alegre, siempre educada y cordial con nosotros, nada que ver con el carácter frío ni la mirada agresiva del hijo ni mucho menos con la actitud desafiante de la mayoría de los familiares de presos de ETA". En una ocasión, un guardia civil, aun sabiendo a quién iba a visitar, se atrevió a pegar la hebra con ella.

    -De Tetuán, ¿eh? O usted es hija de funcionario o de militar.

    -De militar, agente.

    -Pues permítame que la acompañe.

    La última vez que vio a su hijo fue el 7 de julio de 2005, en la cárcel madrileña de Aranjuez. Esperanza ya apenas podía caminar. Había seguido manteniendo la costumbre de mandarle 150 euros mensuales, que rebañaba con trabajo de su pensión, e incluso llegó a hablar con un taxista de San Sebastián para que fuera a recogerlo en cuanto obtuviera la libertad. Pero entre las nieblas del Alzheimer y una mano oportuna que apagaba la televisión en el momento justo, Esperanza se fue alejando de la realidad de su hijo en huelga de hambre.

    Las dos ancianas están sentadas frente a frente. Una se quedó viuda el 2 de enero de 1977, a las ocho y media de la mañana. Tres pistoleros de ETA se apostaron frente a su marido, el comandante del Ejército José María Herrera, y lo acribillaron con disparos de metralleta en la misma puerta de su casa. Pasado el tiempo, el hijo del militar se casó con una muchacha llamada Altamira de Juana. La anciana enferma es precisamente la madre de Altamira y de Iñaki de Juana Chaos.

    Lo que une a estas dos mujeres, más allá de la familia o incluso de la fatalidad de una vida marcada por ETA, es el interés común, tácito, de que el odio no prolongue el trabajo de las pistolas. El País Vasco también está lleno de historias así. Madres de hijos que matan y mujeres de hombres que mueren tejiendo una red invisible de afecto imposible de fotografiar, indetectable para el radar de los telediarios.

    Al día siguiente del fallecimiento de la madre del terrorista, las asociaciones vinculadas a los presos de ETA publicaron en Gara hasta 10 esquelas en su memoria. Una de ellas aparecía firmada por "Helena", la enigmática mujer de Bayona. En todas se refieren a Esperanza Chaos como "la madre de un preso político vasco". Tal vez ignorando, o tal vez no, que la única familia política de Esperanza Chaos era, lo que son las cosas, la viuda de un militar asesinado por ETA.

    Anónimo dijo...

    Cago en los progres y rojos, ¡viva Cristo rey! ¡Etarras, rojos y maricones al paredón! ¡Arriba españa imperial!