09 octubre 2006

SIMON ROYO Y EL COMUNISMO PLATONICO


Piort Kropotkin,
el nuevo guía de Simón Royo



Hoy comentamos lo siguiente:



¡Caramba con la inmodestia! ¿Leen ustedes con qué entono titula Simón Royo sus últimos artículos colgados en rebelión.org y lacavernadeplaton.com? ¿Entienden algo? Les recomiendo que se ajusten bien sus zamarras y se apoyen en un robusto cayado, que deambularemos bastante rato por las pedregosas elucubraciones de Simón Royo.

Ya lo habrán notado. En efecto, nos referimos a la malicia de la palabra “inmaterial” modificando al substantivo “trabajo”. Dudamos que aluda aquí exclusivamente a lo metafísico. Apostamos que es una indirecta al materialismo filosófico y, por supuesto, a la producción del denostado mundo capitalista. Pero suponer eso de Simón Royo implicaría que le otorgamos cierta sutiliza e ingenio. Quién sabe… Sigamos leyendo.

Luego, el resto de la parrafada del título. ¡Para quedarse atónitos! La justicia “posthumanista” —¿postmoderna, Simón?— del “comunismo platónico” —¿manipulación de Platón, Simón?—. Bien, y ahora la abracadabrante frase: “afirmación de la existencia del ser nato”. ¿Un ser que ha nacido y que por lo tanto existe gracias a la justicia postmoderna reconciliada con los poetas? ¿Qué poetas? ¡Ah, sí! Vemos que Simón Royo pilla tiras de versos de Hölderlin y Ronsard… ¡Vaya un cuadro!

En definitiva se trata de hacerse pasar por filósofo letraherido y, con ese disfraz que parece imponer respeto ad auctoritatem, endilgar sus obsesiones políticas. O sea, que el pobre Platón (o Hölderlin o quien sea) a Simón Royo le importa un comido en vinagre, siempre y cuando pueda picotear algunas citas con las que dar refulgencia a sus panfletos. Así, algún incauto creerá que Simón Royo es un señor que ha estudiado mucho —la filosofía parece seria, ¿no?— razón por la cual merece que se le preste atención al politiqueo de extrema izquierda fascistoide que difunde en sus articulillos. Dicho esto, veamos qué diablos nos cuenta hoy en estos dos mamotretos publicados al mismo tiempo y de contenido muy similar.

En su Análisis edificante, Simón Royo se limita a resumir el libro segundo de la República de Platón —habrá cogido las guías de la edición de la Gredos, qué listo— . Simón Royo se impacienta por llegar al punto que le interesa: la formación integral del ciudadano según las premisas de Platón. Esto le sirve para arremeter contra la «educación obligatoria» —esa barbaridad ilustrada leviatanesca— que Simón Royo considera, sin más, «una formación de esclavos» consagrados a la especialización de un trabajo determinado. O sea, que un chico o una chica que estudian para ser neurocirujanos son unos esclavos ya que se han concentrado en una especialidad y no aspiran por ello a la «sabiduría» que Simón Royo, por supuesto, posee.

¿Qué nos propone Simón Royo? ¿Qué modelo de comunismo platónico diseña para nuestros hijos en este mundo tan complejo y competitivo? ¿Cómo? ¡Ostras! ¡Esto sí que es vivir en una torre de marfil! ¡Simón Royo nos habla del anarquista Piotr Alexéievich Kropotkin (1842-1921), viejo amigo! ¡A eso le llamamos estar al día! Simón Royo nos sugiere que creemos una Arcadia agro-utópica en la que trabajemos tan sólo unas tres horas al día —lo que daría para cultivar tres patatas—, siguiendo los esquemas que Kropotkin diseñara en La conquista del pan, de 1892. Así, con una novedad de hace más de cien años circunscrita en la Rusia agrícola de los zares, Simón Royo quiere plantarle cara a los retos de la economía postindustrial hipertecnificada (con más de un 65% de trabajo en sector servicios, cuando Simón Royo está obsesionado con la producción material y las materias primas).

No obstante, Simón Royo no puede dejar un artículo suyo sin alguna referencia a las teocracias medievales o dictaduras comunistas que tanto le gustan y que, por ende, deberíamos imitar. Les ponemos aquí un párrafo obtuso de la Justicia posthumanista:

Ahora se intenta [la justicia] en Irán, en Venezuela, en Cuba y en Bolivia, y los de siempre, los banqueros, los capitalistas, los opusimos, junto a la canalla de los tenderos, creen que lo normal es lo aberrante y que lo que no es normal es la igualdad, la justicia y la libertad. Pero se seguirá intentando una y otra vez y su consecución mayoritaria y definitiva, como ya dijo Marx, marcará el final de la Prehistoria de la Humanidad y el comienzo de la verdadera Historia.

Sin más, ya nos queda claro qué significa “post-humanista”.

Nota :
• Sabemos que es inútil, que eres un anarquista de la sintaxis, pero procura pulir este persistente error:
-No se escribe *entorno a, sino
en torno a
• ¿Los *Medicci, Simón? ¿Quiénes son? Caray, tienes dos opciones, la versión españolizada los Médicis o la italiana, Medici.

Con tantas faltas, uno se pregunta si fuiste al colegio allá en Colombia. Pero claro, si no eres un esclavo, obviamente no fuiste.




3 comentarios:

Anónimo dijo...

Genial, simplemente genial. Gracias a la labor de Joseph K., me evito leer los sapos y culebras que simonete suelta por su boca y por su mano de escritorzuelo de tres al cuarto. ¡Arriba la crítica destructiva...digo deconstructiva!
Sigue así, y quizás haya algún incauto que no caiga en los seducido por la verborrea de este personajes.
Felicidades por tu blog

Anónimo dijo...

Yo te sugiero que comentes el texto de Royo "Himno al ácrata", creo que está también en rebelion.org, porque no tiene desperdicio. Desde aquí le dedico a Royo este lema que ví en la parte posterior de un camión. "Lo que me digas a mi, te lo deseo yo multiplicado por diez". Pues eso, que el postmoderno resulta que es más nazi y cacique de lo que pensábamos ¡y encima presume de ello!.
Saludos y felicidades por el blog

Joseph K. dijo...

Muchas gracias, amigo anónimo, por los ánimos.

Tienes toda la razón del mundo, El himno al ácrata es una verdadera locura -copia a Nietzsche, pero con menos gracia que él-. El menda tiene tantas cosas sueltas por la red que no damos abasto. Aunque, como ya hemos dicho varias veces, Simón se repite como el ajo y, al final, también nosotros parecemos reiterativos.

Muy pronto colgaremos un post sobre el dichoso himno... Gracias por tu sugerencia.

Un saludo!